Hoy en día, la sociedad se preocupa mucho por la apariencia física de las personas. La cara es la primera parte del cuerpo en la que nos fijamos, y con ello, las expresiones faciales. De ahí la importancia de la estética, ya que cualquier defecto o anomalía puede provocar un rechazo, inseguridad o complejos por parte del que lo tiene.
La odontología estética, ha evolucionado significativamente en los últimos años y ha permitido desarrollar técnicas y métodos para alcanzar este objetivo con un resultado muy satisfactorio. Las carillas dentales, son una solución rápida e indolora que implican una reducción mínima o nula de la estructura dental.
La Dra. Mónica García-Mussons Barroso, directora médica de Clínicas Verdi, junto al director general Manuel Acebal.
¿Qué es una carilla dental?
Las carillas dentales son una técnica restauradora mínimamente invasiva ideal para corregir dientes manchados, desgastados, fracturados, agrietados, diastemas, dientes mal posicionados… En definitiva, cubrir defectos dentales y mejorar la estética de la sonrisa del paciente. Son consideradas una de las técnicas más predecibles tanto por su durabilidad y resistencia como por su aspecto estético.
Consisten en una fina lámina de cerámica que se adhiere a la cara frontal de los dientes anteriores con la única finalidad de mejorar la estética. Cada carilla se hace personalizada para cada paciente con un acabado muy natural. De forma indirecta, conseguimos aumentar la autoestima y seguridad del paciente en sí mismo.
¿Implica desgastar el diente?
A diferencia de una corona dental, la carilla permite preservar al máximo el tejido dental y ser respetuosos mediante una ligera preparación o, en ocasiones, nula, de desgaste dental.
Se tendrá que evaluar cada caso y será el especialista quien determine el grosor necesario para conseguir la estética deseada o buscada.
¿Qué mantenimiento requieren las carillas?
Como cualquier tratamiento odontológico, entre las recomendaciones cabe mencionar una correcta higiene bucal para conservar el buen estado de las carillas y acudir al dentista mínimo una vez al año para realizarse la limpieza bucodental de manos de un experto.
Hay que tener especial cuidado con los alimentos duros con el fin de evitar que se fracturen o se desprendan.
En los casos en el que se practique algún deporte de contacto, como puede ser el boxeo, rugby, karate…, se debe utilizar un protector bucal.
Si existe el hábito de apretar los dientes, bruxismo, se debe llevar una férula de descarga nocturna.
En resumen, si queremos prolongar su duración, debemos cuidarlas como al resto de nuestros dientes.
¿Puedo hacerme un blanqueamiento con carillas?
Una vez colocadas las carillas dentales, éstas, mantienen en el tiempo su color, no sufren ninguna modificación, al estar cerrado su poro interno no permiten cambios de coloración, ni tampoco blanquearlas. Es por eso que lo aconsejable es, hacer un blanqueamiento previo a la colocación de las carillas y así conseguir el blanco deseado para el resto de los dientes que no llevarán carilla.