Por Sergey Voytsekhovich
Seguro que has oído en infinidad de ocasiones que la natación es un deporte muy completo, ya que en él se ejercita gran parte de la musculatura de nuestro cuerpo. ¡Efectivamente, esta afirmación es muy cierta!
Empezar el día practicando este ejercicio aeróbico es una verdadera fuente de beneficios, ya que de esta manera estamos activando más de dos tercios de los músculos de nuestro cuerpo y, además, nos ayuda a mantener nuestra mente ágil.
Al nadar no se realizan movimientos agresivos que puedan dañar nuestras articulaciones, por esta razón es una actividad altamente recomendada para todas las edades y condiciones físicas. No debemos obviar que aunque el aprendizaje sea sencillo, es recomendable acudir a tu entrenador de confianza para que te ayude a perfeccionar la técnica y optimizar al máximo los movimientos que realizamos dentro del agua. Especialmente, debemos gestionar bien nuestra respiración para lograr el máximo beneficio a nivel respiratorio y cardiovascular.
Cuando practicamos natación nuestro corazón se mantiene más joven y fuerte. Esto se debe a la estimulación de una correcta circulación sanguínea, que paralelamente se traduce en una presión arterial estable. Además, este deporte contribuye a la expansión de nuestras cavidades pulmonares, ya que fortalece los músculos que se encargan de llenar y vaciar de aire los pulmones, al respirar bajo el agua, y facilita la eliminación de secreciones bronquiales.
Nadar de buena mañana, recién levantado, con la mente lúcida después de haber descansado toda la noche, te ayuda a afrontar el día de manera positiva y con un plus de energía. Como cualquier deporte, favorece la segregación de serotonina y endorfinas, encargadas, entre otros factores de generar estados de ánimo positivos. Por ello, es uno de los ejercicios más recomendables para empezar el día con buen humor y vitalidad.
¡No lo dudes más y lánzate a la piscina! La natación mejorará ostensiblemente tu calidad de vida, por sus múltiples beneficios para la salud física y mental. Prueba este entreno para empezar bien el día:
- Calentamiento en seco: Antes de entrar en el agua, realizar durante 5 minutos los movimientos de ‘crol’ de los brazos, fuera de la piscina de pie.
- Calentamiento en el agua: Nadar 8 piscinas a ritmo lento.
- Primera serie: Nadar otros 200 metros trabajando las piernas con aletas y snorkel.
- Segunda serie: Nadar otras 8 piscinas al estilo libre, enfocado a la recuperación de brazos por encima del agua.
- Serie principal: Nadar 12 piscinas a ritmo continuo, intentando hacer el menor número de brazadas en cada repetición.
- Desaceleración: Nadar de nuevo 8 piscinas a ritmo lento.