Si quieres mejorar y definir tu cuerpo, pero lo tuyo no es elevar al máximo tus pulsaciones, este artículo te interesará. El yoga se convertirá en tu mejor aliado porque, con la práctica de una serie de posturas corporales (asanas), equilibrarás con facilidad cuerpo, mente y espíritu.
Las cinco posturas de yoga que te ayudarán a conseguirlo:
Anjaneyasana o ¨Luna Creciente´
Desde la postura de Adho Mukha, eleva la pierna derecha y llévala en medio de tus manos. Lleva la rodilla izquierda al suelo enraizando el pie. Eleva tus manos hacia el cielo, o una variante -como en el video- es llevarlas hacia atrás en Mudra de Venus, aportando más apertura al pecho y resto de la cadena anterior. Enfócate en la apertura de caderas y pecho, no en llevar toda tu espalda hacia atrás.
Beneficios:
Mejora el equilibrio, la estabilidad, ayuda a la ciática, estira cuádriceps, abre el pecho y las caderas.
Shanti Virabhadrasana o “Guerrero invertido”
Desde Adho Mukha eleva la pierna derecha y llévala en medio de tus manos. Parte de Guerrero II Virabhadrasana II, gira palma de la mano derecha hacia arriba e inclínate hacia atrás. Variante con la pierna extendida. La parte posterior de la mano izquierda se relaja sobre la pierna izquierda con la intención de alcanzar el talón del pie. La mirada debe estar hacia el techo. Abre el pecho.
Beneficios:
Ayuda a centrar la mente, y a fortalecer piernas, brazos y espalda.
Janu Sirsasana o “Flexión de la cabeza hacia la rodilla”
Siéntate en el suelo y dobla la pierna derecha, colocando el pie derecho delante del perineo. Inclínate hacia delante desde las caderas y alarga los brazos para sujetar el pie izquierdo. Repite lo mismo cambiando la posición de las piernas.
Beneficios:
Estimula y estira la musculatura de la espalda y de las piernas, abre la articulación de la pelvis y de la rodilla, tonifica los riñones y el hígado, y mejora la digestión.
Ardha Matsyendrasana o “Media torsión espinal”
Sentados con las piernas estiradas, pasamos la pierna derecha por encima de la izquierda, y apoyamos la planta del pie derecho en el suelo. La pierna izquierda puede quedarse estirada o doblarla hacia dentro mientras acercamos el pie izquierdo al glúteo derecho. Subimos el brazo izquierdo hacia arriba y giramos hacia la derecha, apoyamos el brazo izquierdo en la rodilla derecha, que nos ayuda a girar más hacia la derecha. Mantenemos entre tres y cinco respiraciones y deshacemos la postura. Repetimos con la otra pierna.
Beneficios:
Estimula el hígado y los riñones, estira los hombros, la cadera y el cuello, energiza la columna vertebral, alivia el dolor menstrual, el dolor de espalda, la ciática y la fatiga.
Halasana a Variante de Salamba Sarvagasana
Tumbada en el suelo, con las piernas juntas y los brazos a ambos lados del cuerpo, presiona las palmas de las manos contra el suelo y comienza a elevar en el aire las piernas y todo el tronco. Cuando las caderas se encuentran elevadas a la altura de las escápulas, continúa bajando las piernas y conduciendo los pies al suelo, por encima de la cabeza. Con la manos unidas sobre tu colchoneta.
Busca la variante de Salamba Sarvangasana ¨Vela¨ extendiendo una pierna hacia el cielo y la otra dejándola por detrás de la cabeza a unos centímetros del suelo.
Beneficios:
Estira y tonifica la espalda mejorando el riego sanguíneo, estimula los nervios espinales y dota de flexibilidad la columna vertebral, regula el funcionamiento de las glándulas tiroides, regula el sistema simpático, y combate el estreñimiento.
