El objetivo de esta terapia es encontrar y normalizar los diferentes desequilibrios del cuerpo mediante una técnica manual, relajante y delicada a la vez que intensa.
Es un tratamiento biodinámico en el que se trabaja suavemente con las manos el tejido fascial, que envuelve y conecta todos nuestros órganos internos, ayudando a restablecer los ritmos propios del organismo, el movimiento de los huesos craneales,…
En especial «el movimiento respiratorio primario» del cerebro, es decir, el que podemos percibir con las manos colocadas sobre el cráneo, siempre de forma muy sutil y con una presión muy ligera, y que es debido a una expansión y una compresión de las placas óseas del cráneo… Primero, captaremos la respiración pulmonar, después la frecuencia cardíaca, y por último, todavía más leve, el movimiento respiratorio primario. Se llama así, porque es como de exhalación e inhalación.
Este “movimiento” tiene un ritmo determinado, y se ve alterado cuando hay tensiones tanto físicas como emocionales. Se puede acelerar o disminuir su frecuencia. Y el terapeuta lo “escucha” mediante maniobras muy suaves, de manera que el cuerpo se siente oído, acompañado, y va equilibrando el ritmo de dicho movimiento.
Es una terapia muy relajante, que genera un «reseteo» del cuerpo y la mente, que se reinicia con su autosanación.
En qué casos destacan más sus beneficios.
Aunque son innumerables los beneficios que este tratamiento aporta a las personas, regodeemos algunos de los más importantes:
-Ayuda a mitigar el cansancio, la apatía, la falta de motivación y la depresión.
-Mejora los distintos tipos de insomnio.
-Alivia los estados de ansiedad debidos al estrés.
-Relaja y calma el dolor de espalda, cuello, caderas, rodillas… De hecho, de cualquier parte del cuerpo. Por ejemplo el latigazo cervical, el codo de tenista (epicondilitis), la lumbàlgia…
-Relaja “el músculo masetero» y “la articulación temporomandibular”, en casos de bruxismo.
-Trata problemas respiratorios y digestivos.
-Sirve de ayuda para combatir la migraña.
-Se utiliza como apoyo para mujeres embarazadas, antes y después del parto, así como para bebés recién nacidos.
-Contribuye a la recuperación de los traumatismos y accidentes.
-Supone un apoyo físico y emocional para los enfermos terminales.
-Ofrece alivio en los procesos de duelo.
La sesión de terapia
El terapeuta, con su presencia neutral, proporciona un espacio acogedor y sanador en el que el cliente es bienvenido con la totalidad de su cuerpo, mente y alma. Esto permite el desbloqueo del potencial interno que lleva a “la autosanación”.
En la sesión se liberan las tensiones y la energía que antes provocaban la contracción, y gracias a ello el paciente siente una relajación muy intensa, que al mismo tiempo le permite conectar con su yo más profundo, a incrementar su vitalidad, y a permitir que utilice sus recursos de “autocuración”.
La mayoría de pacientes declaran sentirse aliviados, liberados, con el cuerpo más ligero y la cabeza despejada después de cada sesión, aunque lo ideal, para lograr cambios significativos y duraderos en el organismo, es realizar de 6 a 8 sesiones con el terapeuta.
