El empeño del empresario Daniel Puig en conseguir que Barcelona recuperara parte de ese brillo que le hacia lucir a nivel internacional y que se estaba apagando, junto a su destreza para sumar el apoyo tanto de la sociedad civil catalana como de los organismos públicos, han hecho posible que el tercer evento deportivo más visto en el mundo, “the America´s Cup”, eligiera la capital catalana para su nueva edición.
-Barcelona, sede de la 37th the America´s Cup.
Es el evento deportivo más antiguo que existe y que todavía se celebra. Nace en 1851, y tiene la particularidad de que detrás no hay una federación u organismo que lo regule, como en otros deportes y competiciones. Es un evento privado, en el que el vencedor de cada edición se convierte en el “propietario” de todo lo que concierne a la prueba, pero que está obligado a aceptar que lo “reten” a volver a competir organizando una nueva edición. Como ganador -o “defender”- tiene el derecho a definir, junto al primer equipo que le reta, todas las características de la siguiente competición -dónde, cuándo.., tipo de embarcación…, todo-. Esto la convierten en algo único. No hay dos the America´s Cup iguales.
En Barcelona el defender es el “Emirates Team New Zealand”, cada equipo participante tiene una presupuesto de 100 a 200 millones de euros, y en todo alrededor de la competición destaca la “excelencia” y la “exigencia”.
Cabe destacar que es el tercer evento deportivo más visto en el mundo -durante los 62 días de su duración-, tras los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol.
-Su nombre correcto es “la Copa del América”.
Así es. Nace en la época victoriana, cuando los ingleses se consideraban los mejores navegantes, y retaron a una regata abierta a quien quisiera competir contra ellos a dar la vuelta a la isla de Wight. Los americanos enviaron a este desafío un barco, que es el que lo ganó. Y su nombre, “el América”, es el que desde ese momento da nombre a esta competición: The America’s Cup.
También aquí surgió uno de lemas que van unidos a esta regata, que es la respuesta que recibió la reina Victoria -que estaba siguiendo la prueba- cuando preguntó por el barco que acabó después del vencedor: «Your majesty, there is no second”. En esta competición solo importa ganar, no hay segundos.
-¿Cómo se encuentran Daniel Puig y the American´s Cup?
Todo empieza en octubre del 2021 con la llamada de Guillermo Altadill -el navegante oceánico más importante que ha tenido España-, para consultarme si le puedo poner en contacto con unos sponsors, en lo que no le puedo ayudar. Pero me adelanta que Grant Dalton, dueño de la siguiente The Amrerica´s Cup está buscando una nueva sede, una nueva ubicación para su celebración, y es para lo que estaba buscando patrocinadores, para presentar a Barcelona . Y cuanto más me va contando más se va despertando mi interés e inquietud, al ver el potencial de esta acción para nuestra ciudad.
¿Por qué un empresario de éxito se “complica la vida” liderando un proyecto tan complejo?
Mi mujer y mi padre tuvieron mucho que ver en esta decisión.
Estoy casado con una sueca luterana, y para ellos todo es “blanco o negro”. Des del 2017 yo me quejaba constantemente de que Barcelona estaba perdiendo “el espíritu olímpico” y mucha relevancia frente a otras ciudades… Y ella me decía que hiciera algo para cambiar todo aquello, o que dejara de quejarme.
Y por otro lado, hacia unos meses que había fallecido mi padre, que en el año 86, junto a otros diez empresarios referentes, pusieron dinero privado para crear la candidatura de Barcelona que conseguiría los Juegos Olímpicos del 92.
Sentir que era un homenaje a mi padre, y porque mi mujer tenía razón, fueron los “extras” de motivación que me faltaban para movilizarme en intentar cambiar la dinámica de la ciudad. Y The America´s Cup fue el medio que encontré para intentarlo.
-Perteneces a una de las familias catalanas más importantes. ¿Ha sido un “plus” para la candidatura de Barcelona?
Bueno, llegado ese punto, lo primero que hice fue ir a ver a mi familia y explicarles el proyecto. El “apellido” me podía facilitar abrir puertas, pero tampoco quería que conllevara algún perjuicio para la empresa familiar. Y la verdad es que me apoyaron desde el primer momento.
Mi hermano me recordó que los empresarios que apoyaron la candidatura de Barcelona fueron de la mano de Samaranch para conseguir los Juegos Olímpicos, y que yo debía encontrar una figura similar, que me orientara por dónde ir para tener las máximas posibilidades de éxito.
Sabía que Grant Dalton había contratado a la londinense “Origin” -una de las mejores agencias en consultoría deportiva-, para que le buscara la nueva sede para la regata. Y gracias a Guillermo Altadill, contacto con su CEO, Stewart Hosford, y le invito a cenar junto al propio Guillermo Altadill y Juan Luis Wood (ex regatista olimpico) a mi casa de Barcelona. En esa cena es cuando realmente se interesa por el proyecto y ve que vamos en serio, y creamos un fuerte vínculo: Acababa de encontrar a mi “Samaranch”.
-¿Los organismos públicos te apoyaron?
Tras el movimiento con Origin, el siguiente paso fue contactar con el president Aragonés, y con Collboni. Los dos vieron claro el atractivo del acontecimiento para la capital catalana pero sí que pidieron que todo se llevara con la máxima discreción -por si no teníamos éxito, dada la situación de la ciudad-. Conseguimos que solo se hiciera público cuando ya se había logrado ser la sede.
Además coincidía que en paralelo se estaba presentando la candidatura conjunta de Aragón y Cataluña para los Juegos Olímpicos de Invierno, que no prosperó.
-El lobby Barcelona Global también ha tenido un papel protagonista.
Cuando soy consciente de que todo esto ya va tomando forma, y que yo solo no podría seguir avanzando mucho más, contacto con Aurora Cata, presidenta de “Barcelona Global”. Ellos entendieron el potencial del evento para la ciudad a la perfección y me ofrecieron toda su fuerza y sus recursos. Y desde ese momento nos unimos para liderar la candidatura. Barcelona Global han sido esenciales en este camino y en su éxito.
-Uno de los retos fue conseguir los recursos económicos que avalaran el proyecto.
El tiempo jugaba en nuestra contra. Cuando Origin, la agencia que seleccionaba la sede, nos pidió nuestra propuesta formal, con los avales económicos, tuvimos que presentar una carta sellada por el Puerto, la Generalitat y la Diputació -con el Ajuntament no podíamos contar en ese momento-, para conseguir unos días para que le presentáramos los avales antes de la toma de cualquier decisión. El evento tenía un presupuesto de 80 millones de euros, de los que 45 los iban a aportar los organismos públicos. Y con Barcelona Global nos comprometimos a conseguir 25 millones, con empresarios que avalaran un millón cada uno de ellos -yo incluido-. Un dinero que solo lo podías perder o recuperarlo. Con esto nos asegurábamos la candidatura.
En los quince días que tuvimos de tiempo lo conseguimos. Y cabe destacar que el 90% de los empresarios con los que contactamos se apuntaron, porque pensaron que era la oportunidad de hacer algo por la ciudad, de representar y activar a la sociedad civil catalana. Fue un tema de corazón.
En ninguna edición anterior el sector privado había apoyado su organización.
-Por qué Barcelona es la elegida.
Competíamos con otras ciudades muy atractivas, que llevaban mucho tiempo preparando su candidatura -Málaga, Cork (Irlanda) y Jeddah (Arabia Saudí)-.
Pero nosotros teníamos una serie de características -y argumentos- que la hacían única, al margen de la fuerza que la “marca Barcelona” tiene en el exterior, y entre muchas otras cabe destacar:
-la localización, Dalton tenía claro que la sede debía estar en el arco mediterráneo porque tiene la mejor franja horaria para la explotación de los derechos televisivos a nivel mundial;
-un puerto de primer nivel integrado en la ciudad;
-la peculiaridad de que la costa barcelonesa alcanza los 80 metros de profundidad muy cerca de la tierra, lo que facilita que se pueda ver la regata desde la playa, en directo, totalmente gratis, a donde además se podrá acceder en servicio público (en ninguna otra edición todo esto había sido posible);
-la implicación finalmente pública y privada.
También por primera vez habrá un “evento de inauguración” en The America´s Cup, que esperamos que como pasó con el de Barcelona 92 y los Juegos Olímpicos -también fue la primera vez que se hacía algo espectacular-, se convierta en un acto imprescindible e identificativo de cada edición.
-Para gestionar toda la organización del evento se crea la Fundació Barcelona Capital Nàutica, de la cual presides el Comité Ejecutivo.
Los ocho patrones que la componen -Estado, Generalitat, Diputació, Ajuntament, Puerto, Cámara de Comercio, Turisme y Barcelona Global- me propusieron ser el presidente del Comité Ejecutivo por mi perfil neutral y transversal, conocimiento de todo lo relacionado con la Copa del América de Barcelona, y ganas de seguir aportando. Es un cargo que no es retribuido.
La Fundació tiene tres roles principales:
-facilitadora en la organización de la Copa del América -ayudamos en todos los trámites y necesidades que se pueden necesitar alrededor de su organización-;
-gestora de las inversiones públicas en el evento -el capital se distribuye a través nuestro, con la máxima supervisión-;
-y se ocupa del desarrollo de todos los proyectos que nacen a su alrededor, del legado que deja en la ciudad este acontecimiento -se está trabajando en la descarbonización de la náutica potenciando la electrificación de embarcaciones; en acciones como “Viu la Vela”, para que los niños accedan más fácilmente a este deporte…-.
-Parte de ese legado ya es visible en la ciudad.
La Copa del América ha conseguido acelerar proyectos que estaban previstos pero que se habían parado o pospuesto, a los que se han sumado otros nuevos. Solo hay que recorrer el frente marítimo para observar algunos ejemplos: El Maremagnum se está rehaciendo con una gran inversión, el Port Olímpic se ha reinventado totalmente con locales de economía azul, el Rompeolas se ha convertido en una nueva pasarela ciudadana junto al mar, se ha recuperado el edificio del IMAX, se están eliminando todas las barreras al mar en la zona de Colon… Y esto solo es una pequeña muestra.
Además del enorme impacto económico previsto, cifrado en más de 1.200 millones de euros por la Universitat Pompeu Fabra. Y el orgullo de que Barcelona se abra a su mar Mediterráneo, y por fin vuelva a brillar a nivel mundial.
-Próximo reto de Daniel Puig.
De momento quiero vivir esta edición de la Copa del América que con tanto esfuerzo e ilusión hemos conseguido traer a Barcelona -y que igual no es la última en la ciudad-, y seguir vinculado como presidente del Comité Ejecutivo de la Fundació Barcelona Capital Nàutica, y como vicepresidente de Barcelona Global.